miércoles, 11 de diciembre de 2013

Pero… ¿qué es el Blended Learning?. Llorente Cejudo, Carmen.


Aparece esta nueva estrategia de aplicación de los recursos telemáticos a la formación, el denominado Blended Learning (B-Learning) o Aprendizaje Mezclado o Híbrido, intentando dar respuesta a muchas de las limitaciones que, a lo largo de estas últimas décadas, han ido manifestándose en diversidad de estudios e investigaciones al respecto, de las que podríamos destacar algunas como: competencias tecnológicas necesarias para el manejo de la plataforma, adaptación a nuevos métodos de aprendizaje, costos en la adquisición de la infraestructura necesaria, o sensación de pérdida y aislamiento en diferentes momentos del proceso formativo, entre otras.
El B-Learning es el fruto de evolución del eLearning. Se cree que ha fracasado, pero no es así, sino que quizás las expectativas iniciales resultaron ser demasiado altas. A su vez, no se atendieron lo que son las variables críticas a contemplar para su incorporación a los procesos de formación, y se centraron más en acciones instrumentales y técnicas, como son la capacidad tecnológica de la banda, el LMS que debería utilizarse, o si éste último debía ser libre o propietario.
Una modalidad del aprendizaje, una convergencia entre lo presencial y lo virtual. Del mismo modo, así como el término fue haciéndose popular, comenzaron a proliferar cada vez más combinaciones referidas al B-Learning: por ejemplo, combinaciones en la variedad de tecnologías, en la diversidad de metodologías, en las experiencias de aprendizaje, o diversidad en la localización de los eventos del aprendizaje.
Podríamos comenzar a realizar una primera aproximación, desde la perspectiva que plantea que el B-Learning, combina la eficacia y la eficiencia de la clase presencial con la flexibilidad del eLearning, sin que con ello queramos decir que la aplicación del éste último en si mismo sea ineficaz. Así pues, sin entrar en el debate interno establecido entre los conceptos de enseñanza vs. aprendizaje, las mayores implicaciones del término B-Learning son:
1. Diversidad de oportunidades para presentar los recursos de aprendizaje y vías de comunicación entre tutor-estudiante y estudiante-estudiante, que llegarán a ser más flexibles. Muchas de las experiencias bajo dicha modalidad han atribuido su éxito a la comunicación interactiva entre sus participantes.
2. Los aprendices podrán, si se interesan en formar parte activa de su propio proceso de aprendizaje, seleccionar los recursos formativos de diferentes medios, teniendo en cuenta que sean los más convenientes y apropiados para su situación personal.

De acuerdo con Mason y Rennie (2006), una descripción sistemática sobre el concepto de B-Learning la podemos observar a través de la figura que mostramos a continuación:















En definitiva, podríamos definir algunos de los componentes más esenciales en procesos de formación a través de la modalidad mixta, traduciéndose en la convergencia entre lo presencial y lo virtual a distancia, donde se combinan espacios (clases tradicionales y virtuales), tiempos (presenciales y no presenciales), recursos (analógicos y digitales), donde los protagonistas modifican sus roles en los procesos de enseñanza/aprendizaje, y donde los cambios también afectan, de manera ineludible, a los modelos organizativos.
Al mismo tiempo, desde nuestra forma de ver el espacio del B-Learning, podría ser matizado, o estratificado, en función de la mayor o menor utilización de herramientas de comunicación sincrónicas y asincrónicas en la misma, así como por la amplitud de comunicación textual, auditiva, visual, o audiovisual utilizada. Dicho en otros términos, para nosotros, dentro del B-Learning se podría establecer una diferenciación en función de dos variables: sincronía/asincronía de la herramienta de comunicación movilizada, y grado de iconicidad de los materiales utilizados. En la figura nº 2 presentamos lo que queremos decir.

















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