miércoles, 11 de diciembre de 2013

Los cien errores en la comunicación de las organizaciones – Luis Arroyo y Magaly Yus.

El libro aborda los errores más frecuentes – y las prácticas adecuadas para evitarlos: sobre las relaciones con los medios (cómo hacer las mejores notas de prensa, ocupar espacio en los informativos de televisión o no decir nada inadecuado en una rueda de prensa, por ejemplo); en comunicación de crisis (qué decir y qué hacer en los primeros minutos, cómo preparar los procedimientos). Aquí se presentan los 10 primeros errores que presenta el libro:

Error 1: Minusvalorar la importancia de los medios
Desde que los medios de masas existen, digamos que desde la década de 1920, los estudiosos se han peleado por demostrar que la prensa tiene una influencia brutal en la determinación de la forma de pensar de la gente o, en otras épocas, por demostrar exactamente lo contrario: que tiene muy poca influencia o incluso nulo efecto. La prensa tiene una influencia brutal en la determinación de la forma de pensar de la gente, se observó que los medios eran capaces de cambiar la dirección del voto de un número muy limitado de electores.  Por eso hay expertos que viven de ayudar a las organizaciones a relacionarse con los periodistas. Por eso debemos saber cómo trabajan y qué podemos esperar de ellos. Y también qué es lo que no podemos esperar.  

Error 2: Confundir los cargos de jefe de prensa y director de comunicación
Las relaciones públicas, institucionales, externas o la dirección de comunicación consiste en gestionar la reputación de la organización, las percepciones de sus públicos diversos, de sus audiencias, de lo que los anglosajones, y a veces también nosotros, llaman «stakeholders»: periodistas, inversores, expertos, políticos, vecinos, empleados. El director de comunicación es responsable de todas esas relaciones: define las estrategias de comunicación general y dirige su concreción táctica en conjunto, suele ser responsable global de las funciones específicas: de las relaciones con los inversores, de las relaciones con los medios, de la comunicación interna, del lóbbying o las relaciones gubernamentales. En cambio, el jefe de prensa reporta al director de comunicación: su papel es más táctico que estratégico.
Error 3: Creer que los medios tienen tiempo
Al abrir el correo electrónico, un redactor cualquiera, no digamos los de los grandes medios, puede tener en su bandeja de entrada varias decenas de mensajes. Cada día cientos de miles de organizaciones tratan de colocar sus historias en los medios de comunicación para influir en la percepción de la gente. Los periodistas, aún más hoy y cada vez más, son canalizadores de la información que reciben de parte de gobiernos, empresas e instituciones. Colocar una información en un periódico digital de medio pelo, o en una web perdida en el océano de Internet es fácil, pero lograr que la gente se entere a través de los medios de masas es muy difícil. Con un poco de suerte, la última nota de prensa que se haya enviado estará «haciendo cola» para ser primero evaluada por el periodista y después, quizá publicada; o acabada en la papelera. La nota de prensa es la redacción de una información tal como nos gustaría verla publicada en un medio. Los medios la reciben, y si la información es interesante, cosa que ocurre rara vez, la editan, generalmente la cortan notablemente y le quitan parte del autobombo, y la publican.
No se desanime si un solo medio llegara a publicar su información pues es posible que solo eso sea suficientes ya que todo un sector se habrá enterado de la noticia y segundo, porque enviar información  a los medios es gratis.
Por ello, sea breve, busque un titular atractivo acorde a los intereses de los periodistas, empiece por lo más importante destacando los datos más convenientes y no olvide dejas sus señas (nombre y teléfono del contacto)

Error 4: Pensar en lo importante y no en lo interesante
Un periodista prefiere una información interesante a una importante. Saber lo que pasa ya no es caro. Hace unas décadas los periodistas podían hacerse ricos y famosos haciendo información seria y ponderada,; sin embargo, hoy el periodismo rentable es el periodismo de lo interesante: las secciones «lo más visto» o «lo más leído» en los medios digitales constatan que la gente para en las informaciones más curiosas, no siempre en las más relevantes. Las  informaciones superficiales e irrelevantes captan la atención de los medios y del público porque son simplemente interesantes. Es interesante todo aquello que se somete a la lógica narrativa más ancestral: los héroes y los villanos, las víctimas y los verdugos, los bufones y los gladiadores, los jueces y los testigos, los bandidos y los policías. 

Error 5: Enviar una nota de prensa a las siete de la tarde:
El tiempo es oro para el periodista. El periodista debe procurar llegar a tiempo porque si no, no se le tendrá en cuenta a no ser que el asunto sea muy relevante. El periodista debe tener en cuenta los horarios de cierre de cada medio, que están relacionados con su periodicidad. Por último, el periodista no debe molestar en las horas de cierre si no es estrictamente necesario.
Tener en cuenta el horario de cierre de cada medio. Si no el contenido se puede tirar a la basura. 

Error 6: Tratar de ganarse a los periodistas por el estómago
La comida, es un complemento. Como cualquiera, un o una periodista no rechaza un exquisito cóctel o una sabrosa comida. Pero no podemos comprar voluntades con comidas. Quien crea que puede hacerlo, sencillamente se equivoca. 

Error 7: Atiborrar de regalos
Los periodistas, en general, no se dejan comprar. Ni siquiera con regalos «en especie». Los regalos están a la orden del día, pero hay que evitar que estos hagan sombra a lo que queremos transmitir y tener en cuenta que con esto no compramos a los periodistas. 

Error 8: Convocar quince días antes
Los redactores viven la actualidad y el momento. Es mejor convocar a los medios con un par de días o tres de antelación ya que con más tiempo estos pueden olvidarlo. Y nosotros tendremos más control. El trabajo periodístico no permite demasiada planificación. Los redactores saben lo que harán hoy y mañana, pero muy probablemente ignoran lo que estarán haciendo dentro de tres días. Convocando a los medios de comunicación unos pocos días antes, usted tendrá además un mayor control de una variable que, por definición, nunca se puede controlar del todo: la competencia no declarada, pacífica, soterrada, pero descamada entre las organizaciones por aparecer en los medios de comunicación. 

Error 9: Hacer ruedas de prensa de dos horas
Cualquier cosa que usted quiera contar a los periodistas, por importante que sea, debería ser capaz de sintetizarla al máximo, de resumirla en unas breves líneas  para evitar que el mensaje se distorsione; o contarla en apenas treinta segundos Tiene que ser breve sencillo y conciso.
Los más expertos comparecen ante los periodistas solos y de pie (recuerde la imagen de los portavoces de los gobiernos). Esta imagen de soledad simboliza el liderazgo de quien comparece. Sin embargo, los asesores permanecen al acecho por si fuera necesario aportar al portavoz información adicional. En el ámbito empresarial, lo más frecuente es que se desee transmitir la imagen del trabajo en equipo y que en las mesas de los comparecientes haya más de una persona. Se debe permitir que los periodistas vayan llegando al lugar de encuentro. 

Error 10: Improvisar
Es muy imprudente no preparar una intervención ante los medios de comunicación. Por ello, es prescindible anticiparse a las preguntas de la prensa y preparar las respuestas con un lenguaje claro, directo y breve. Cualquier portavoz habitual sabe que se puede anticipar qué es lo que la prensa va a preguntar. Con respecto a cualquier asunto, los interesados acertarán en un 90 por 100 en cuanto a las preguntas previsibles. Haga el esfuerzo de ponerlas por escrito y de encontrar buenas respuestas tanto para las preguntas fáciles como para las difíciles.
Ideas iniciales para la modalidad semipresencial.

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