LENGUA Y ESCUELA
Nuestra realidad actual es
pluriracial, pluricultural y, también plurilinguistica. No existe un país que
sea solo monolingüe. Entre las causas más habituales que han llevado a esta
situación, podemos destacar: las guerras, arbitrariedad en las fronteras,
invasiones, colonizaciones, viajes; al igual que las migraciones, masivas o no.
Otro fenómeno remarcable de
nuestro tiempo es el hecho de declarar el inglés como lengua de comunicación
internacional. Y esto es así, pues es una de las lenguas oficiales de la
diplomacia, de la ciencia, de la mayoría de producciones cinematográficas y
televisivas, y la de uno de los estados de mayor influencia política en el
mundo. Sin embargo, a pesar de lo dicho sobre el inglés, Gran Bretaña tampoco
es un estado monolingüe. Además de hablantes galeses, escoceses irlandeses,
cuenta con ciudadanos procedentes o del antiguamente amplísimo imperio británico.
Aprender más lenguas además de la
lengua materna es importante para aprender a respetarlas a todas, sin
olvidarnos de nuestra propia lengua. Tanto el desarrollo del individuo como el fomentar
una amplia convivencia debe ser la postura de la escuela en relación con
el hecho lingüístico y deben quedar
integradas en el Proyecto Curricular de Centro.
La escuela debería ayudar a los
alumnos para que sean capaces de saber expresarse ampliamente en la variedad dialectal propia, para
saber usar algunos idiomas extranjeros que cada día están penetrando con más
fuerza en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana (música, televisión, películas).
Nuestra vida está dominada por la lengua, la forma en que hablamos, escribimos o
actuamos es una manera de comunicarnos con nuestro entorno.
LA LENGUA Y EL PROYECTO DE CENTRO
El proyecto educativo de centro
debe entenderse como el primer paso teórico en la planificación del centro
escolar y la referencia básica de toda Ia vida de la comunidad educativa del
centro. Se mencionó anteriormente acerca de la situación lingüística en nuestro país. Son
muchas las zonas en las que conviven dos lenguas y este contacto entre lenguas
produce una variedad de situaciones que difícilmente hallaríamos un modelo de
aprendizaje válido para todas. Por lo tanto, no podemos hablar de un modelo
único (para la enseñanza de la lengua). La postura de la escuela respecto a la
lengua tendría que partir del análisis de las necesidades del entorno para situarse
en un objetivo.
A menudo los maestros
experimentamos un sentimiento de frustración cuando no podemos ver los
resultados de nuestro esfuerzo. La lengua y su dominio instrumental son
aprendizajes lentos y progresivos, y difíciles de medir y de observar. A veces los
alumnos no se dan cuenta de lo que aprenden y los maestros sólo podremos ver
los resultados a largo plazo. Cuando somos capaces de analizar la evolución del
mundo educativo con una cierta perspectiva histórica, nos damos cuenta de que
la escuela ha cambiado mucho y de que realmente posee una capacidad de
modificación.
A pesar de que muchas veces la
dureza de la realidad se impone, también es cierto que sin un objetivo (aunque
sea sólo un objetivo a muy largo plazo) difícilmente se consigue salir adelante.
El proyecto lingüístico de centro tiene
que servir para que cada escuela elabore la propia estrategia a partir de sus
características específicas (nivel sociocultural de los alumnos, dominio de la
lengua o lenguas, etc.).
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